Conocer las vitaminas que debes incluir en tu dieta es esencial para asegurar el funcionamiento óptimo de tu organismo y prevenir deficiencias. Pero, ¿sabes qué son las vitaminas?
Las vitaminas, junto con algunos minerales, son micronutrientes. A pesar de que el cuerpo las requiere en pequeñas cantidades, desempeñan un papel regulador en muchos procesos metabólicos. Son vitales para el crecimiento, la salud y el equilibrio nutricional.
Cada vitamina tiene una función específica y la deficiencia de cualquiera de ellas puede tener un impacto en todo el organismo. Siguiendo una dieta saludable, como la dieta mediterránea, es posible alcanzar las cantidades diarias recomendadas de vitaminas. Sin embargo, en ocasiones, debido a ciertas condiciones médicas o trastornos alimentarios, pueden ser necesarios suplementos que puedes encontrar en tu farmacia.
Echemos un vistazo a las vitaminas que deben formar parte de tu dieta para asegurar el correcto funcionamiento de tu organismo.
Tipos de vitaminas
Las vitaminas tradicionalmente se clasifican según su solubilidad y se dividen en:
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Hidrosolubles: se disuelven en agua. En este grupo se encuentran todas las vitaminas del complejo B, ácido pantoténico, biotina, ácido fólico y vitamina C.
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Liposolubles: se disuelven en grasas. Vitamina A, vitamina D, vitamina E y vitamina K pertenecen a este grupo.
Vitaminas esenciales en tu dieta
Vitamina C
La vitamina C actúa como protector en procesos virales y febriles, donde ayuda al cuerpo a activar las reacciones celulares y bioquímicas contra los microorganismos causantes de enfermedades.
Puedes obtener vitamina C consumiendo cítricos, frutas y verduras como el tomate, brócoli, coles de Bruselas o patatas. Sin embargo, debes ser consciente de que si pelas excesivamente estas frutas y verduras, podrías perder parte de la vitamina C, ya que se concentra en la piel.
Vitamina D
La vitamina D contribuye a la fortaleza ósea, siendo especialmente importante durante el crecimiento en la infancia. También beneficia la salud muscular, previniendo síntomas y debilidad asociada al cansancio.
Si padeces osteoporosis, combinar vitamina D con calcio puede mejorar la densidad ósea y prevenir fracturas.
Fuentes naturales de vitamina D que puedes incorporar a tu dieta incluyen pescados grasos como la trucha, el salmón y el atún, así como leche y derivados, huevos y nueces.
Vitamina E
La vitamina E, esencial para el bienestar, posee un fuerte poder antioxidante que promueve la regeneración celular. Por ende, es recomendada para personas con sistema inmunológico debilitado.
También se utiliza en tratamientos dermatológicos y productos de cuidado de la piel para revitalizarla.
Alimentos como almendras, aguacate, espárragos, legumbres y pescados como el salmón son ricos en vitamina E.
Vitamina A
La vitamina A contribuye a la reparación de células cutáneas dañadas por el sol, restaurando el colágeno y la elastina. Además, previene la hiperpigmentación relacionada con la edad y fortalece el sistema inmunológico.
Fuentes de vitamina A incluyen hígado, zanahorias, brócoli, col rizada, espinacas y albaricoques.
Vitamina B9 (Ácido Fólico)
Asegurarte de consumir suficiente vitamina B9 es crucial. Contribuye a la maduración de proteínas estructurales, como cabello, uñas, piel y hemoglobina.
En el embarazo, la vitamina B9 es vital para prevenir malformaciones del sistema nervioso del feto.
Verduras de hoja verde como espinacas y berros, espárragos y legumbres son buenas fuentes de vitamina B9.
Recuerda que mantener una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras frescas es esencial para tu bienestar. Si tienes preguntas sobre cómo lograrlo, tu farmacéutico puede brindarte asesoramiento y, en caso de necesidad, recomendarte suplementos.