Farmacia Cordeiro

Preservando Vitalidad en la Temporada Invernal

En cada ciclo invernal, nos planteamos estrategias para salvaguardar nuestro bienestar y fortificar nuestra resistencia inmunológica con miras a mantenernos en plenitud. La promoción de la salud encuentra su mejor aliado en la prevención.

La labor de nuestro sistema inmune radica en resguardar el cuerpo de los embates y asaltos de agentes infecciosos como bacterias, virus, hongos y parásitos. Cuando nuestras defensas inmunológicas flaquean, suele ser producto de una alimentación desacertada, estrés, falta de reposo y, por supuesto, la ausencia de actividad física, es decir, el sedentarismo.

¿Cómo reforzar nuestro sistema inmunológico?

Cuidar la alimentación

En principio, es esencial cuidar la alimentación, optando por una dieta diversificada, equilibrada y rica en minerales como el zinc y las vitaminas A, B, C y E. La vitamina A custodia nuestras células respiratorias y mejora la inmunidad cutánea; la vitamina B amplifica las defensas; la vitamina C impulsa el desempeño del sistema inmunológico; y la vitamina E robustece las defensas gracias a su capacidad antioxidante.

El consumo de frutas cítricas y verduras contribuye al óptimo estado de nuestro sistema inmunológico. En contraposición, conviene evitar la ingesta de comidas fritas y alimentos refinados.

Entre los alimentos que resulta recomendable incorporar para obtener estas vitaminas se encuentran el tomate, las espinacas, la zanahoria, la calabaza, los pescados, los huevos, las legumbres, las naranjas, el limón, el kiwi, el brócoli, los frutos secos y los espárragos, junto con un elemento clásico en nuestra cocina como es el aceite de oliva.

Practicar ejercicio

Practicar ejercicio de manera regular no solo contribuye a preservar una buena forma física, sino que también reduce el riesgo de enfermedades y facilita la lucha contra infecciones. Realizar caminatas de 20 minutos al día, correr, nadar o participar en clases de zumba o pilates, con una frecuencia de 2 a 3 veces por semana, reportará sensaciones mucho más positivas.

Tener un buen descanso

En tercer lugar, conviene abordar un aspecto universalmente reconocido: el descanso adecuado. La falta de sueño reparador y la somnolencia conllevan efectos perjudiciales para la salud, ya que un reposo adecuado se erige en un factor crucial para equilibrar nuestro sistema inmunológico. El insuficiente descanso dificulta la reparación celular.

Gestionar la ansiedad y el estrés ejerce un profundo impacto en el sistema inmunológico. Cuando nos encontramos agitados y tensionados, nuestra susceptibilidad a las enfermedades se acrecienta. La práctica de ejercicios de respiración profunda y técnicas de meditación representa una alternativa sumamente beneficiosa.

Los excesos siempre resultan perjudiciales y esto aplica especialmente al alcohol, que influye negativamente en el sistema inmunológico, y al tabaco, que restringe el flujo sanguíneo y daña las vías respiratorias, incrementando el riesgo de infecciones.

Utilizar probióticos

La utilización de probióticos contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico y ejerce un papel fundamental en la salud gastrointestinal. Los podemos hallar en productos lácteos fermentados o en forma de cápsulas. Asimismo, una dieta rica en fibra y exenta de grasas saturadas favorece el fortalecimiento del sistema. Las bruscas oscilaciones entre el frío y el calor, aunque resulten intuitivas, constituyen una de las principales causas de resfriados.

Recabar asesoramiento en una farmacia de confianza puede auxiliarnos a fortalecer de manera natural el sistema inmunológico, ya que nos brinda la posibilidad de adquirir productos como la equinácea o el ajo negro. Este último ha ganado gran popularidad por su empleo en la nueva gastronomía, ya que, tras el proceso de fermentación al que es sometido, se convierte en un agente oxidante más potente que el ajo común, y además resulta menos pesado para la digestión.

También es pertinente destacar la jalea real, que posee propiedades estimulantes del sistema inmunológico y propiedades antibacterianas y antivirales. En cuanto al zinc, tal como hemos mencionado, refuerza nuestras defensas y acelera la lucha contra la gripe.

Siguiendo estas pautas, es factible elevar las defensas de nuestro organismo, fortificar el sistema inmunológico de manera completamente natural y prevenir catarros, infecciones y gripes durante el presente invierno. Si a pesar de todo, nuestra salud no es óptima, es de suma importancia evitar la automedicación y consultar el centro de atención médica más cercano para una evaluación adecuada, dado que la automedicación no es una elección aconsejable.

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