¿Qué son los piojos?
Los piojos son diminutos insectos sin alas que habitan en el cuero cabelludo humano. Suelen preferir áreas cálidas como detrás de las orejas o la nuca, y su presencia no guarda relación con la higiene. No hacen distinciones entre cabello largo o corto, limpio o sucio, y carecen de la capacidad de saltar, volar o nadar.
¿Cuándo deberíamos estar alerta?
Los primeros signos que podrían indicar la presencia de piojos incluyen el constante rascado de la cabeza o la persistencia de costras en el cuero cabelludo. Es vital inspeccionar minuciosamente el cuero cabelludo. La identificación de pequeñas manchas alargadas de color blanco, conocidas como liendres, sugiere la presencia de piojos. Donde hay liendres, hay piojos.
¿Cómo y cuándo ocurre el contagio?
Los piojos se desplazan de un individuo a otro a través del contacto directo. Es importante evitar compartir peines, cepillos, sombreros, toallas, sudaderas con capucha y almohadas. Los niños enfrentan un mayor riesgo de contagio en lugares como escuelas, piscinas o campamentos de verano.
¿Cómo se propaga la infestación?
Los piojos adultos viven alrededor de 30 días. Su capacidad de reproducción es alta, llegando a poner hasta 10 huevos diarios, generalmente cercanos a la raíz del cabello y adheridos al cuero cabelludo.
¿Cómo combatirlos?
Si detectas la presencia de piojos en la cabeza de tu hijo/a, es esencial usar un tratamiento para erradicarlos. Para garantizar la eliminación de los huevos, se recomienda repetir el tratamiento después de 7 días.
Consejos para la prevención
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Los piojos pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su estatus social o hábitos de higiene.
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No vuelan ni saltan, por lo que el contacto cabeza a cabeza es la forma principal de transmisión.
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Compartir utensilios como cepillos, gorros o bufandas también puede llevar a la propagación.
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Las lociones pediculicidas son efectivas para tratar, no para prevenir.
