Tu piel, especialmente la del rostro, está constantemente expuesta a factores externos que pueden afectar su salud y apariencia. El sudor, restos de maquillaje e impurezas del entorno pueden causar problemas como puntos negros e incluso contribuir al envejecimiento prematuro de la piel.
Para prevenir estos problemas, es fundamental mantener una rutina de limpieza constante. Y no debes pasar por alto la exfoliación de la piel, utilizando los productos adecuados y siguiendo la frecuencia recomendada para tu tipo de piel.
¿Qué es la exfoliación y por qué es importante?
Los exfoliantes, como scrubs, peelings o gommages, son productos cosméticos diseñados para limpiar profundamente la piel. Estos productos eliminan las células cutáneas superficiales y las impurezas mediante pequeñas partículas sólidas que actúan al entrar en contacto con la piel. Esto promueve la regeneración celular. Es importante destacar que los peelings, que actúan por enzimas o químicos sin partículas físicas, también entran en esta categoría.
En resumen, la exfoliación es esencial para limpiar en profundidad, eliminar las células muertas, estimular la renovación celular y mantener la piel oxigenada. Además, mejora la textura de la piel, dejándola suave y uniforme, y prepara la piel para una mejor absorción de los productos de tratamiento.
Tipos de exfoliantes: Scrubs, peelings y gommages
Existen varios tipos de exfoliantes que puedes incorporar en tu rutina:
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Los scrubs son exfoliantes que contienen agentes espumosos. Tienen una textura similar a una pasta arenosa y se enfocan en limpiar la piel.
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Los gommages tienen una fórmula más densa tipo crema. Al aplicarlos con fricción, tienen una acción tanto enzimática como mecánica. Realizan una exfoliación más profunda, alisando la piel y reduciendo manchas y arrugas.
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Los peelings, por otro lado, suelen tener una textura gelatinosa y su acción es principalmente enzimática o química.
La frecuencia y elección del exfoliante
En general, se recomienda exfoliar la piel cada 10 días para pieles sensibles, cada 7 días para pieles normales y cada 5 días para pieles grasas. Sin embargo, la elección del tipo de exfoliante y la frecuencia dependerán de tu tipo de piel y sus necesidades específicas.
Consulta siempre con tu farmacéutico para obtener orientación sobre cómo exfoliar tu piel de manera efectiva y qué producto es el más adecuado para ti. Así lograrás una piel limpia, suave, uniforme y radiante, lista para recibir los beneficios de los tratamientos posteriores.
