La hiporexia, la disminución del deseo de comer, es un fenómeno natural asociado al envejecimiento, pero puede tener consecuencias negativas en la salud de las personas mayores. Aquí se detallan algunos aspectos clave sobre la hiporexia.
Signos y causas de la hiporexia
Señales físicas y psíquicas
La hiporexia puede manifestarse a través de la pérdida de volumen y adelgazamiento, especialmente en áreas como el rostro, caderas y cuello. Además, pueden surgir síntomas psicológicos como irritabilidad, falta de ánimo, insomnio y episodios depresivos.
Factores físicos y psicológicos
Hay diversas razones detrás de la hiporexia en personas mayores. Pueden incluir falta de energía para cocinar, cambios en las papilas gustativas, depresión, soledad, condiciones de salud y efectos secundarios de medicamentos. Cambios en el gusto y el olfato también pueden influir.
Consecuencias de la hiporexia
Desnutrición
La hiporexia puede llevar a la desnutrición, debilidad, falta de energía y catabolismo muscular en las personas mayores. La falta de nutrientes adecuados puede aumentar el riesgo de enfermedades y afectar el sistema inmunitario.
Problemas de salud
Las deficiencias de vitaminas y nutrientes debido a la hiporexia pueden causar problemas de salud, como enfermedades neurológicas, depresión y síndrome metabólico, que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Cómo abordar la hiporexia
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Densidad de nutrientes: Servir alimentos con alto contenido energético y proteínas puede ayudar. Platos como purés enriquecidos con clara de huevo, legumbres combinadas con carbohidratos ricos en almidón y alimentos con densidad nutricional son recomendables.
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Estimulantes del apetito: En algunos casos, los profesionales de la salud pueden recetar estimulantes del apetito para ayudar a las personas mayores a recuperar el deseo de comer.
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Establecer horarios: Establecer horarios regulares para las comidas y agregar bebidas o tentempiés durante el día puede ayudar a reactivar las señales de hambre del organismo.
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Evitar alimentos procesados: Evitar alimentos precocinados y muy procesados es importante para mantener la sensación de hambre y el gusto por la comida.
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Compañía y socialización: Fomentar la compañía durante las comidas y crear un ambiente agradable en la mesa puede estimular el apetito. La accesibilidad y disponibilidad del contacto social también son relevantes.
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Revisar medicamentos: Prestar atención a los efectos secundarios de los medicamentos es crucial, ya que algunos pueden afectar el sentido del gusto y el apetito.
En resumen, la hiporexia en personas mayores es un fenómeno que puede tener implicaciones negativas en la salud. Reconocer sus signos y abordarla con una alimentación adecuada, estímulos y un entorno positivo puede ayudar a minimizar sus efectos y promover la salud en la tercera edad.