El embarazo es un período rodeado de numerosas creencias, algunas más fundamentadas que otras, que nos acompañan durante los nueve meses de espera. Veamos qué afirmaciones son verdaderas y cuáles son falsas.
Mitos relacionados con el embarazo
La forma de la barriga revela el sexo del bebé: puntiaguda para niño, redondeada para niña.
Aunque esta idea es transmitida por generaciones, carece de base científica. La apariencia de la barriga es influenciada por diversos factores: los músculos uterinos, la posición del bebé, el líquido amniótico, la ubicación de la placenta, si es el primer embarazo, la altura de la madre, entre otros. No se vincula con el sexo del bebé.
Durante el embarazo se debe comer por dos
Esta creencia es inexacta. Los expertos aconsejan mantener una dieta equilibrada que provea al feto los nutrientes necesarios, sin resultar en un aumento de peso excesivo que pueda generar complicaciones.
Los antojos causan manchas de nacimiento.
Los especialistas indican que estas manchas, comunes en los recién nacidos, se originan por problemas en los vasos sanguíneos de la piel o acumulación de melanina. En su mayoría, desaparecen con el tiempo.
Realidades relacionadas con el embarazo
Surgen manchas en la piel, especialmente en la cara.
Cierto. Las alteraciones en la pigmentación de la piel durante el embarazo son atribuidas a los incrementos en los niveles de estrógeno y progesterona, hormonas que estimulan la producción de melanina. Para prevenirlas, es recomendable evitar la exposición solar y emplear protección adecuada.
La posición para dormir más adecuada es sobre el lado izquierdo.
Es un hecho. Dormir en esta posición previene que el peso del útero presione sobre la vena cava inferior, la cual transporta la sangre desde las piernas, abdomen y pelvis hacia el corazón. Esto ayuda a evitar posibles incomodidades.
Se incrementan los problemas dentales.
Verdadero. Los cambios hormonales pueden afectar negativamente las encías y los dientes, ocasionando inflamación gingival, enfermedad periodontal o caries. Por esta razón, es fundamental no descuidar la salud bucodental.