La aromaterapia, una antigua disciplina, se basa en el uso terapéutico de aceites esenciales para promover la salud y el bienestar del cuerpo y la mente.
Esta práctica también encuentra aplicación en la pediatría, ofreciendo soluciones suaves pero efectivas para tratar afecciones leves en los más pequeños. Además, puede complementar la farmacología tradicional, especialmente en casos más graves.
Aceites esenciales vs Aceites vegetales
Es fundamental diferenciar entre aceites esenciales y aceites vegetales, ya que a menudo se confunden debido a sus diferentes orígenes (partes o tipos de plantas) y métodos de extracción.
Los aceites esenciales se extraen de plantas aromáticas (que representan solo el 10% de todas las plantas) mediante destilación al vapor o presión en frío de su cáscara. Estos aceites contienen propiedades terapéuticas.
Ejemplos incluyen el árbol de té, el jengibre y el limón. Por otro lado, los aceites vegetales se obtienen mediante la presión de frutas o semillas, o a través de la maceración de hojas. Estos aceites se utilizan generalmente para hidratar la piel. Ejemplos son el aceite de nuez de albaricoque y el aceite de árnica.
Cómo aplicar aceites esenciales en pediatría
En pediatría, la aromaterapia puede lograr resultados notables de manera natural, lo cual es especialmente valioso dado que las opciones farmacológicas son limitadas para los niños.
Los aceites esenciales se pueden aplicar en niños desde recién nacidos hasta los 14 años a través de las siguientes vías:
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Vía Tópica: Esta vía es fácil y rápida, y la absorción es efectiva. En niños menores de 3 años, se suele aplicar en las plantas de los pies.
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Vía Inhalatoria: Esta es la vía más segura ya que el aceite no se absorbe en el torrente sanguíneo, pero aún así tiene efectos terapéuticos en el sistema límbico (la parte emocional del cerebro).
Puedes difundir el aceite en el aire mediante un difusor, o realizar inhalación directa aplicando el aceite en un pañuelo, muñeco, cuna, etc. En niños pequeños, aplicar directamente del frasco puede ser más complicado.
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Vía Oral: Esta vía solo se utiliza a partir de los 6 años, y en casos específicos y puntuales.
La vía tópica es especialmente efectiva para los niños, pero siempre es crucial respetar y no exceder las dosis recomendadas, ya que la piel de los bebés es delicada y las complicaciones pueden surgir fácilmente. Siempre busca el consejo de tu farmacéutico para resolver tus dudas y comenzar con seguridad este enfoque aromaterapéutico en la pediatría.